En ciénaga magdalena
La culminación del mercado público está en la
lupa del DNP
“La invasión
del espacio público, la movilidad, la inseguridad y el hurto callejero aparecen
reseñados como problemas protuberantes de una obra que lleva tres periodos
constitucionales de gobierno”.
El barrio Olivo, que
tiene vecindad con el mercado público de Ciénaga, se encuentra afectado en su
movilidad por la forma como el comercio informal se ha venido consolidando a
orillas de la Troncal del Caribe, turbando de esta manera el acceso al centro
de abastos.
Se convierte en un
viacrucis para los habitantes del barrio atravesar la carretera hacia el
mercado, el no tener por donde transitar, lo que limita al transeúnte a caminar
por los extremos de la calzada, mediando con los vehículos que circulan por la
congestionada vía nacional.
Esta situación genera inconformidad y de hecho los habituales visitantes al principal centro de abastos de la ciudad la sufren, puesto que la intervención del gobierno territorial no ha sido eficaz, pasando desapercibido ante la problemática planteada. Han sido muchos los accidentes de vehículos con desenlaces fatales de pérdida de vida humana.
Quienes se dedican al
comercio informal manifiestan que la situación los obliga a exponer sus vidas
al pie de la carretera, porque necesitan llevar el sustento a sus familias por
no tener otra actividad que desarrollar por la falta de oportunidades de
trabajo en la ciudad.
La culminación del
mercado público es imperiosa, dado los múltiples inconvenientes que se perciben
en el sector, con la desorganización de ventas estacionarias y ambulantes que
están dispuestas sin ningún control de autoridad competente. La entrega de la
obra ha sido aplazada por años, lo que al parecer no tiene una salida deseable por
las exigencias que se desprenden de una obra mal planificada y con muchos
inconvenientes en su diseño. La Dirección Nacional de Planeación (DNP), quien
financia con recursos de regalías de carbón el costo de la obra, ha intervenido
congelando los giros al municipio hasta tanto no se aclaren las inconsistencias
y los atrasos injustificados de un
proyecto que lleva en ejecución tres periodos de alcaldes.
El comercio
organizado sentó su posición amenazando con no pagar los tributos al municipio,
se sienten agobiados por las ventas estacionarias en los frentes de sus
negocios, esto sumado a la ola de inseguridad que se advierte en el sector con
las extorsiones y el hurto callejero.
Un desprevenido
transeúnte, asiduo visitante a la plaza de mercado, al ser abordado para que
diera a conocer sus impresiones, contó que añora al viejo mercado donde asistía
religiosamente los domingos a comprar los pescados traídos de la Ciénaga Grande
y del mar. “Hoy es una mole de cemento que se deteriora con el paso del tiempo
y según parece no tendrá culminación”, concluyó con mucha nostalgia.
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